sábado, 15 de febrero de 2014

La Caza.

De Septiembre a Noviembre he sido su sombra.
Llegó por casualidad, como las grandes cosas. Sin anunciaciones, sin previa cita. Apareció un día, caminando por la otra acera. Altiva, presurosa, mujer de mundo, o por lo menos, esa imagen trataba de vender. A leguas se notaba que no sabia andar en altos, y en consecuencia esos pasos breves, lateralizados y a brinquitos le delataban.
Si he de describirla, no podría hacer justicia. Y quizás, no es pertinente que te diga lo que en mi despierta. Podrías pensar cosas...
Pero todo, claro esta, obedece a un sueño: El carmin y la nieve. Los suspiros. Los aromas. Los momentos. Estos ultimos efimeros, fugaces. Todo el formol del mundo no habra de preservar uno solo.
Idiota el que haya dicho que tengo problemas con mi madre. Idiota!
Este es un juego, punto. Un juego con boca de embudo. Y se que voy bien, me lo dicen las palpitaciones en el cuello, y mi respiracion entrecortada.
Sabes?  Mucho se puede saber observando. Y mucho se puede observar mientras se espera.
¿Y que espero?
... el momento preciso.