sábado, 18 de agosto de 2018

Ahora que tengo 33 años...

¿Que pasara con la aventura que no llega?
Pasan de las tres, y sigo esperando...    
Seguimos esperando.

Por supuesto, esta actitud atemperada, propia de la hora, no ayuda en nada: 
Nos vestimos para la ocasión (esperando una novela digna de la fotografía que mas tarde aparecerá en redes sociales), le solicitamos al Barista un latte deslactosado light con esencia de vainilla, y nos perdemos en el móvil en lo que algo sucede.

Silencio.

-Esto no sabe a café- me digo mientras sorbo mi bebida por quinta o sexta vez.
(No esta mal del todo, simplemente no era el sabor que esperaba). 

Ella se limita a verme y guardar silencio. Puedo adivinar que, aunque juntos, cada quien tiene un concepto diferente de como pasar una tarde. 

-Vamos pues, a seguir con la rutina!-  le digo mientras me pongo de pie y las manecillas se mueven nuevamente.  



( mas tarde llegará la cuenta, esa que nos obligue a voltear atrás, añorar como remedio y entender que las aventuras siempre son en retrospectiva)