lunes, 11 de octubre de 2010

Alborada


Amanece nuevamente.
Ella se ha ido.
Tal vez se fue por siempre
(tal vez no estuvo nunca).
Pero no esta... y la extraño.

Extraño la aventura de sus besos
y el misterio de sus ojos.
Extraño lo furtivo del sexo.
-tal vez un dia vuelva- murmuro
y sonrio mientras me engaño.

Canta un jilguero a lo lejos
(la vida sigue...);
emprende un nuevo vuelo
y se pierde en la distancia
como un sueño.

Amanece nuevamente.
Tambien de ella me he ido...
...y tal vez me fui por siempre.



sábado, 9 de octubre de 2010

Consecuencias.

Camino a tientas, saboreando con los dedos muros invisibles.
Muros que saben a naufragio.
Naufrago de ti y de mi, me aferro a la idea de llegar a tierra;
tierra firme labrada en realidades,
donde termine nuestro mar anochecido,
que alguna vez inventamos como juego.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Enero


Enero es un palomino con barra de porte ligero, a juzgar por su aspecto, ya entrado en años.
Hace algún tiempo que se le ha visto pasar a galope tendido por los alrededores. ¡Y Desde lejos se le nota lo fino!
Nadie sabe a ciencia cierta bajo que nombre responde ni que rumbo lleva. Le llamaron Enero a causa de su triste historia.
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Según esto, cuando potro, estaba destinado a la hípica. Se le dio crianza en algún establo, de esos de gente adinerada asiduas a las apuestas. Alimentándose de los mejores forrajes y piensos.

Tras una que otra carrera. Una lesión y una derrota le costaron su estilo de vida.

Rengo, a duras penas, una mañana se lo llevaron al monte para dormirlo. Había costado muy caro, como para seguirlo manteniendo. Una sola bala era lo más sensato.

Fue entonces que conoció a su jinete.

Don Justino, un viejo mensajero, que; en vista de su necesidad, cortaba camino por el monte para llegar al poblado más próximo, se topo con la triste escena en la que un peón se disponía a darle fin a quien después fuera su amigo, por tener una pata lastimada.
-No lo mates….- dijo. Y se puso entre el cañón y el equino.
No quedándole al peón, más que un suspiro de alivio (quizá porque jamás estuvo de acuerdo en las medidas a tomar), se dio la media vuelta y se perdió entre la bruma sin decir una palabra.

Se gustaron desde el inicio. Hay que haber nacido uno para otro. Y al parecer, así fue.
Aquel joven caballo, parecía sentirlo.
Sus enormes ojos negros, como cristales que contuvieran la noche dentro de sí, se posaron sobre el viejo mensajero, quien cuidadosamente, y de abajo a arriba, le acaricio el cuello, la mandíbula, los belfos y la cara. Le reviso el enrase de la dentadura y sonrió para sí.
-Aun estas potro - le dijo.
Le vendo la pata, le ato de un cordel, y lentamente caminaron juntos rumbo al pueblo más cercano para curarlo y cumplir con su empresa.

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Bestia y llanero eran uno, decía la gente. Parecían entenderse como viejos amigos, por que se tenían nada mas a ellos mismos, y sus encomiendas eran su única responsabilidad.

Las más de las noches dormían a cielo abierto, al calor de una fogata. El viejo entonaba canciones que nadie más escuchaba, salvo su “cuaco” (que era así como le llamaba de cariño) y la luna.
El animal contemplaba apacible el firmamento. Sabrá Dios que pensaría. Pero eso sí, jamás fue tan bella la vida sencilla, en la que un trabajo decente y agotador le ganaba el alimento, a su parecer; el forraje más sabroso y fresco que su paladar había probado. Finalmente, y rendido tras un día difícil, conciliaba el sueño al lado de su amo. Habría que ser animalito para experimentar la gratitud tan grande de la que estos rebosan.

Tras varios años de oficio. Aquel caballo, para entonces ya maduro, conocía perfectamente las rutas hacia los pueblos vecinos, que con frecuencia visitaban. Tras cada entrega, su amo lo premiaba, a veces con zanahoria, otras tantas con manzana ocasionalmente con un trozo de pan duro. Le daba una palmadita, y le decía: “Bien hecho”. Eso era suficiente razón para ser feliz: Ser querido.
Aquellos fueron los mejores años. Los que brillan con futuro. Los que dan fuerza para lo que viene.
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Una mañana de invierno, a mediados de Enero. Justino se despertó con un intenso dolor en el pecho.
Si bien, es cierto que a su edad, de la cual no llevaba cuenta, pero ya muchos años, eran relativamente normales ciertas dolencias; esa en particular, sintió que le anunciaba el final.

Salió temprano ese día. Sujetó de alguna manera su morral al lomo del equino, sin que le resultara incomodo, y le dijo: “Ten, este es tuyo. Y es todo lo que tengo.”
Lo monto a puro pelo. Una silla de montar implica dueño, y ese día serian viejos amigos, y nada más.
Acabaron con la estafeta para el final del día. Anochecía.
Justino sudaba, y temblaba de dolor apretándose el pecho. Sin embargo, como de costumbre, encendió una fogata. Alimento a su caballo, premiándolo al final, como siempre, con una manzana. A la luz de la luna y al calor de la hoguera, le entono tristemente la única canción que conocía, mientras le acariciaba, y al final le dijo sonriendo:
“Gracias por todo, muchacho. Eres fuerte y seguro te quedan muchas praderas por recorrer. Pero no vayas a olvidar tu trabajo, de acuerdo?.... Por que como mi cuaco no hay dos”
El caballo, inquieto lo miraba, como entendiendo y negándose a la despedida.
Justino se fue a dormir. Nunca despertó.

Esto sucedió un Enero. Hace ya algún tiempo.
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Pasaron los días, y nuevamente apareció galopando por los alrededores. Con su morral vacio en el lomo, y con los ojitos, esos que guardaban la noche en ellos, llenos de tristeza y asertividad. Ya no lleva jinete a cuestas. Solo le ha quedado el recuerdo y la rutina.
Muy temprano de mañana, día tras día se le ve paseando por las calles, como buscando un lugar. Frecuenta sitios que en otros tiempos visito como encomienda. Tal vez se le figura que nos dice algo, o que con ello cumple su trabajo.
Quienes conocen la historia, ocasionalmente le premian con algún fruto.
Los niños a veces le depositan cartitas en la bolsa, para que las entregue sabrá Dios donde. Parece que supiera, y en agradecimiento, responde con un trotecito gracioso que jamás perderá el encanto.
Termina su recorrido, y abandona el pueblo dirigiéndose al siguiente, de prisa.
-Allá va Enero el palomino- dicen con gusto y con lastima.
Enero, porque todos saben que fue cuando se quedo solito.

Por las tardes, el cielo se pone arrebolado anunciando la noche. La tierra contrasta, morada. Al fin fresca. A lo lejos, las estrellas se pelean por brillar primero. El viento sopla con desgano tras un día largo.
Enero galopa como si no hubiera mañana, con un rumbo que solo él conoce. Quizá se dirija a los restos de una vieja hoguera ya apagada, a dormir bajo la luz de luna arrullado por el recuerdo de una triste tonada. Pero no se detiene, guarda un motivo. Y para quien tiene un motivo no hay tregua.

No te canses nunca Enero!

jueves, 8 de julio de 2010

Minucia mexicana tocante al amor.

Para Tania G.

Me gustas por mujercita.
Porque eres campo fertil todavia,
y me sabes al cafe de madrugada.
Me gustas porque eres lluvia vespertina,
que mas que nada sofocas,
te haces riachuelo y bajas la empedrada.
(y ni quien te detenga....)

Blanquita y colorada, asi me gustas,
como casita antigua con tejado.
Por que eres el viejo sentado en la poltrona,
y los niños jugando al fut con dos piedras como porteria.

Me gustas por tu andadito insospechado
como de alazana fina despuntada,
contento y a brinquitos,
pero libre y sereno como tu persona.

Me gustas por que eres campanada de la iglesia
un domingo a mediodia,
y mas tarde eres la banda que toca en el Kiosco,
y por la noche, los artificios de las fiestas patronales.

Asi eres tu, de arcoiris furibundo,
coqueta, misteriosa, desdeñosa
y jamas dices: "si, te quiero."
Nomas sonries maliciosa,
y entonces me gustas con tequila y Jose Alfredo.

(La puritita verdad;
me gustas porque nomas contigo me apendejo.
Por Diosito santo que si....)

miércoles, 12 de mayo de 2010

Mar



Para Berenice B.


El mar siempre habia sido el unico testigo. Teniamos por costumbre visitarle a menudo. Unas veces como amantes, otras tantas disfrazados de enemigos. Siempre juntos. A cambio, el oleaje permanecia sereno y dulce, como al compas de un vals.

En ese entonces, recuerdo vagamente; el mar vestia de zafiro, y la luna de alabastro.

La hice mia no se cuantas veces. Tambien fui de ella. Soliamos decir "te amo" con el formalismo de quien conoce la respuesta y aun asi espera escucharla de otros labios.

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El erratico y levogiro caminar del tiempo nunca se detuvo. Pense en la estatica de un "para siempre". Estaba equivocado. (morir, tambien es ley de vida)
Timida, me dijo un dia: "Tengo que irme, aqui no hay un lugar para mi."

Y asi fue. Se marcho un dia, y se olvido de todo.

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Diario, mas que nada por costumbre, acudia con el mar para esperarla juntos.
Compartiamos recuerdos. Unos cuantos tristes, la mayoria alegres. Platicabamos de cosas triviales y reiamos, llenos de esperanza.

Ella nos hacia mucha falta.

Pasaron los dias, y poco a poco nos gano el silencio. La gente desfilaba, nosotros permaneciamos inmoviles, como echando raices. Raices de recuerdos.

Ella no volvio.

La presumimos muerta para entonces recordarla gratamente. (de otra forma la verdad nos lo impide)

No puedo negarlo, varias veces intente suicidarme, y el se rehuso a ser mi complice. Me sentia derrotado. Entonces preferi estar solo y deje de visitarle.

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De eso, hace ya tiempo. Finalmente comprendi que todo es movimiento. Asi como los vientos, asi como los dias van uno tras otro, asi como las aves migran. Acaso un par de cicatrices quedan, y no son para incidir sobre ellas y hacer nuevamente una herida. Comprendi que nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Me apresure a la costa. Quise saludar a mi viejo amigo. Mostrarle mis alas nuevas.

Me encontre con un mar desconocido. Aguas nuevas y turbias, que nada saben de historias.

Mi mar se habia ido. Quiza el tambien lo habia entendido.


lunes, 10 de mayo de 2010

La bestia




Cansado del numero circense. Ese en que la audiencia le miraba con miedo y con asombro, con gracia y con desprecio. Aquella criatura decidio actuar por la vez ultima.


La bestia, le llamaban, y con ello se emitia ya un juicio sobre su naturaleza, por que no era del todo hombre. Por que la ciencia no le comprendia.


Como es natural, cuando algo difiere del comun denominador, es una aberracion, y tiende a excluirse del grupo para que no corrompa los preceptos por los que habremos de regirnos.


La fiera (y he de pedir una disculpa por llamarle asi, aunque en verdad ignoro si lleva un nombre al cual responda) al no encontrar refugio alguno en su entorno hostil, se enfoco en aquello que le distinguia para servir a su proposito de aceptacion. El entretenimiento.


Trabajaba en un circo. Trabajaba actuando como indomable, para que a fuerza de latigazos y palos, terminara haciendo acrobacias bajo una sumision total. Trabajaba por comida.


El acto concluia, y los aplausos no eran para el.


Por las noches lloraba. Unos decian que a causa del dolor. Yo prefiero imaginar que de tristeza.


Esa decepcion que se produce en el adulto, tras la transicion de la infancia a la madurez, al percatarse que no somos lo que alguna vez planeamos, ni siquiera la mitad. (cualquiera agacha la cabeza)

Recordaba a su madre. De entre todas, la unica criatura que le amo tal como era. Aquella que se entrego a el en sangre y leche. Aquella que se le dio en pedacitos, con gozo y con tristeza. Aquella que siempre le predico el bien, mas que nadie. Quiza mas que nada por instinto materno. Pero a final de cuentas, un instinto es natural, y como digo; la naturaleza esta libre de juicio. Es pura.


Asi pues. Llegada su presentacion. Salio a la pista con la calma mas grande. Sintio los reflectores sobre si, pero en esta ocasion eran de el. Subio orgulloso a su taburete. Desobedecio un par de ordenes, premeditadamente, en consecuencia recibio una decena de latigazos, los cuales disfruto como los ultimos, con el gozo del que encuentra el pretexto para su fechoria.

Lentamente, y con la mirada fija en el que habia sido su domador, encamino sus pasos hacia el mismo.

-....perdon...- exclamo el domador con la voz cortada. (comprendio que los abatidos dejan de serlo en el momento en que se deciden.)

Quiza aquel pobre hombre penso en justificarse, decir algo mas, o correr. No hubo tiempo. Un solo zarpazo basto para separar la cabeza del resto del cuerpo, y hacer de aquel circo un sangriento espectaculo en que el publico, conmocionado y en su instinto de autopreservacion, se aglomero en la unica salida, formando una estampida tal, entre golpes y empujones, de la que resultaron acaso unos tres muertos mas.

El sitio quedo desolado. Unicamente permanecia aquella criatura inmovil, cabizbajo.

Finalmente era libre. Finalmente habia decidido tomar por cuenta propia las riendas de su vida.
Pero.... ¿que es eso?

Esbozaba en su rostro el remordimiento y la tristeza.

Matar era malo, asi le habia enseñado su madre....













domingo, 9 de mayo de 2010

Alquimia




Me encontre nuevamente frente al mar, con la mirada fija al infinito.
Gestionaba ideas, sin afan alguno de materializarlas un dia. (Ciertas veces, resulta mas interesante esa eterna busqueda de un destino, que llegar al mismo)
-Que ironico que el hombre se quiebre en pedacitos, paso a paso. La estela que va detras de si, no es mas que fragmentos de amor, de ciencia y arte, de los que se despoja en su errada vision del "progreso". Entonces estamos incompletos, inmersos en figuras, no en contexto.- Pense.
Deduje que no podiamos ser objeto de estudio mas que de una protociencia, practicamente olvidada; la Alquimia.
Mientras permanecia absorto, una ola sumergio mis pies descalzos, anunciando la llegada de la tarde y la pleamar. Me reincorpore. Pude percibir entonces la arena que pisaba y el susurro del viento. Entre la algarabia, comprendi.
-Nos falta el fuego, ¿no es cierto?- dije.
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Intente la transmutacion del alma, dando mi sangre por fuego. No conozco reservorio alguno de tanta pasion, tristeza, soledad, ira y miedo. Ciertas veces, esa voragine de emociones encontradas puede consumir en su totalidad a un hombre. (No hay mas fuego que el hombre mismo, mientras viva y sea consciente de ello.)
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De mi experimento, no obtuve mas que humo y ceniza, lodo y brisa. No habia oro.
Entendi que la estela que va detras de mi, no la necesito. Pero es un fiel marcador para cuando vuelva la vista hacia atras, por que la felicidad no radica en verla como meta, si no como una recompensa.
Sonrei, con la aceptacion del que ha caido en una broma inocente, y continue mi camino.

viernes, 7 de mayo de 2010

Catarsis





Estimado Sr. Poe:

Los dias se han vuelto densos...
Hablo menos, pienso mas de lo habitual. Siento sobre los hombros una carga que no puedo describir. Tampoco puedo con ella. Y... sin embargo, honestamente ignoro si todo esto lo he inventado yo, o si verdaderamente esta ahi. Lo que se, es que me agrada.
Siempre he tratado de ser un hombre noble, un hombre de Dios, pero debo admitir que nada es gratis. Poco a poco he perdido la paciencia y la cordura al ver que mis posturas no dan los resultados deseados. Todos tratan de obtener algo. No les importa si es tomando ventaja de un tercero. Me molesta esa falsedad, casi tanto como el ojo del viejo aquel, del "corazon delator". He decidido matarles y asi librarme de sus falsedades.
El primero debi ser yo mismo. Odiaba esa falta de asertividad. Esa inseguridad que me caracterizaba. Esas ganas no materializadas. Ese miedo a pisar a los demas.
Me canse de esa parte de mi. Una noche, mientras dormia, decidi asfixiarle con la almohada. Forcejeo un poco. Mantuve la presion sobre su rostro. Silencio. Thump! thump!.....thump!thump!................thump!................
..esta hecho.
Recorde aquel pasaje Sr. Poe, el de la barrica de amontillado. Emparede los despojos.
Tal como lo hizo a aquel mal amigo. Debo admitir que es una sensacion ambigua. Bien y mal.
No me justifico. Espero usted me entienda, no estoy loco. Persigo un fin....
CATARSIS! sr Poe. Catarsis. La purificacion de mi alma a traves de la tragedia, segun aristoteles, mediante la experiencia de la compasion y el miedo.
No es el bien de todos, ya no, es el mio. Mi cordura me lo exige Sr. Poe. Mi subconciente ha mencionado nombres, y maneras. Ideas suyas, Sr. Poe. Sus... Narraciones extraordinarias.... El extasis carmesi!!
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Escucho.... thump!thump!.... Thump!Thump!.... detras de la pared...
acaso sera cierto?

jueves, 15 de abril de 2010

Mi Casa, Mi pueblo, La soledad

Escucha....

Primer Paso


Repicaron las dobles a las 5 de la tarde. Aquella vieja capilla inconclusa, que aparentaba una eternidad en obra negra, soltaba su lamento, que, junto con el arrebol, se perdian en la distancia.
-Quien sera?- pregunta doña Licho, mientras apresura su silla de ruedas hacia la ventana, mas con curiosidad que con afan de rendir reverencia. Supongo que llega el momento en la vida en que es mas importante tener algo que contar, que tener algo que hacer. Me acerque hacia donde ella. Es inevitable que ante la manifestacion de la muerte (quien siempre ronda y rara vez ataca) sienta ese nudo en la garganta y los pasitos ligeros.
-No se, y honestamente, mientras no sea yo.... no me interesa- Le conteste, mientras pretendia poner la mente en cosas mas efimeras que la existencia misma.

Mas tarde ese dia me encontre conmigo mismo bajo el dintel de la puerta.
No pude contener mi asombro. El otro yo me sonreia y me miraba fijamente, como aquel que regresa despues de haberse ido. Como aquel que ha descubierto nuestra traicion y viene en busca de venganza.
-Tenemos que hablar!- Me dijo a secas.
Guarde silencio.... y asenti con la cabeza.