domingo, 9 de mayo de 2010

Alquimia




Me encontre nuevamente frente al mar, con la mirada fija al infinito.
Gestionaba ideas, sin afan alguno de materializarlas un dia. (Ciertas veces, resulta mas interesante esa eterna busqueda de un destino, que llegar al mismo)
-Que ironico que el hombre se quiebre en pedacitos, paso a paso. La estela que va detras de si, no es mas que fragmentos de amor, de ciencia y arte, de los que se despoja en su errada vision del "progreso". Entonces estamos incompletos, inmersos en figuras, no en contexto.- Pense.
Deduje que no podiamos ser objeto de estudio mas que de una protociencia, practicamente olvidada; la Alquimia.
Mientras permanecia absorto, una ola sumergio mis pies descalzos, anunciando la llegada de la tarde y la pleamar. Me reincorpore. Pude percibir entonces la arena que pisaba y el susurro del viento. Entre la algarabia, comprendi.
-Nos falta el fuego, ¿no es cierto?- dije.
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Intente la transmutacion del alma, dando mi sangre por fuego. No conozco reservorio alguno de tanta pasion, tristeza, soledad, ira y miedo. Ciertas veces, esa voragine de emociones encontradas puede consumir en su totalidad a un hombre. (No hay mas fuego que el hombre mismo, mientras viva y sea consciente de ello.)
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De mi experimento, no obtuve mas que humo y ceniza, lodo y brisa. No habia oro.
Entendi que la estela que va detras de mi, no la necesito. Pero es un fiel marcador para cuando vuelva la vista hacia atras, por que la felicidad no radica en verla como meta, si no como una recompensa.
Sonrei, con la aceptacion del que ha caido en una broma inocente, y continue mi camino.