lunes, 10 de mayo de 2010

La bestia




Cansado del numero circense. Ese en que la audiencia le miraba con miedo y con asombro, con gracia y con desprecio. Aquella criatura decidio actuar por la vez ultima.


La bestia, le llamaban, y con ello se emitia ya un juicio sobre su naturaleza, por que no era del todo hombre. Por que la ciencia no le comprendia.


Como es natural, cuando algo difiere del comun denominador, es una aberracion, y tiende a excluirse del grupo para que no corrompa los preceptos por los que habremos de regirnos.


La fiera (y he de pedir una disculpa por llamarle asi, aunque en verdad ignoro si lleva un nombre al cual responda) al no encontrar refugio alguno en su entorno hostil, se enfoco en aquello que le distinguia para servir a su proposito de aceptacion. El entretenimiento.


Trabajaba en un circo. Trabajaba actuando como indomable, para que a fuerza de latigazos y palos, terminara haciendo acrobacias bajo una sumision total. Trabajaba por comida.


El acto concluia, y los aplausos no eran para el.


Por las noches lloraba. Unos decian que a causa del dolor. Yo prefiero imaginar que de tristeza.


Esa decepcion que se produce en el adulto, tras la transicion de la infancia a la madurez, al percatarse que no somos lo que alguna vez planeamos, ni siquiera la mitad. (cualquiera agacha la cabeza)

Recordaba a su madre. De entre todas, la unica criatura que le amo tal como era. Aquella que se entrego a el en sangre y leche. Aquella que se le dio en pedacitos, con gozo y con tristeza. Aquella que siempre le predico el bien, mas que nadie. Quiza mas que nada por instinto materno. Pero a final de cuentas, un instinto es natural, y como digo; la naturaleza esta libre de juicio. Es pura.


Asi pues. Llegada su presentacion. Salio a la pista con la calma mas grande. Sintio los reflectores sobre si, pero en esta ocasion eran de el. Subio orgulloso a su taburete. Desobedecio un par de ordenes, premeditadamente, en consecuencia recibio una decena de latigazos, los cuales disfruto como los ultimos, con el gozo del que encuentra el pretexto para su fechoria.

Lentamente, y con la mirada fija en el que habia sido su domador, encamino sus pasos hacia el mismo.

-....perdon...- exclamo el domador con la voz cortada. (comprendio que los abatidos dejan de serlo en el momento en que se deciden.)

Quiza aquel pobre hombre penso en justificarse, decir algo mas, o correr. No hubo tiempo. Un solo zarpazo basto para separar la cabeza del resto del cuerpo, y hacer de aquel circo un sangriento espectaculo en que el publico, conmocionado y en su instinto de autopreservacion, se aglomero en la unica salida, formando una estampida tal, entre golpes y empujones, de la que resultaron acaso unos tres muertos mas.

El sitio quedo desolado. Unicamente permanecia aquella criatura inmovil, cabizbajo.

Finalmente era libre. Finalmente habia decidido tomar por cuenta propia las riendas de su vida.
Pero.... ¿que es eso?

Esbozaba en su rostro el remordimiento y la tristeza.

Matar era malo, asi le habia enseñado su madre....